Níger: los niños abandonan la escuela para apoyar a sus familias

Níger es uno de los países más afectados por la crisis alimentaria del Sahel, una catástrofe provocada por la sequía, las malas cosechas y el aumento del precio de los alimentos. Se calcula que cerca de 5,5 millones de personas, de los cuales más de la mitad son niños, se encuentran actualmente en situación de inseguridad alimentaria, según la Encuesta Nacional de Vulnerabilidades en el Hogar.

UNICEF y sus aliados calculan que cerca de 394.000
menores de 5 años están en riesgo de desnutrición aguda
grave
, con lo que podrían morir si no recibentratamiento urgente.

La grave situación está provocando, además, que muchos niños
abandonen la escuela. Según el Ministerio de Educación
Nacional,  Alfabetización y  Promoción de Lenguas
Nacionales de Níger, 47.000 niños ya la han abandonado este
año
debido a causas relacionadas con la crisis
alimentaria
.

El mayor número de abandonos se concentra en las regiones más
golpeadas por la crisis alimentaria. En Tillaberi,
una de las regiones más afectadas del suroeste deNíger, cerca de 22.000 estudiantes han
dejado la escuela
.

Muchos se ven obligados a dejar el colegio porque se encuentran
demasiado débiles para asistir y otros tienen que acompañar a sus
padres a las ciudades en busca de trabajo. En muchas ocasiones, los
niños tienen que comenzar a trabajar para ganar dinero extra y
mantener a sus familias.

La historia de Oumar

Oumar Soumana, de 12 años, vivía con su familia en Damana, al
suroeste de Níger. A raíz de la crisis alimentaria, se vio obligado
a abandonar la escuela y viajar a la capital,
Niamey, en busca de trabajo.

Allí se encontró con sus dos hermanas mayores, que también
tuvieron que dejar su hogar para ir a la capital a trabajar como
empleadas domésticas. Ahora viven juntos en una tienda de campaña
en un campamento improvisado situado a las afueras de Niamey, sin
agua corriente ni saneamiento.

Oumar trabaja vendiendo ‘appolo’, pequeñas bolsas de plástico
llenas de granizado, que vende por unos pocos francos CFA cada uno.
«Es un trabajo doloroso para mí», comenta. «Me paso el día entero
caminando. Realmente no descanso, porque tengo que vender y llevar
el dinero, de lo contrario mi sueldo se verá reducido, por lo que
prefiero trabajar lo máximo posible».

Oumar y sus hermanas envían el dinero que ganan a sus
padres
, para que «puedan comer». Los tres se quedan con
una pequeña cantidad de dinero para mantenerse.  «Aquí tengo
que buscar comida para mí mismo, con los riesgos que ello conlleva.
Algunas personas no pagan y huyen, otras me amenazan o me
insultan», señala Oumar. «Para mí, esto no es una buena vida, me
gustaría estar en el pueblo con mis padres.»

Garantizar que los niños vayan a la escuela y puedan
alimentarse

Oumar iba a la escuela en su pueblo y soñaba con ser maestro. «A
través de la educación, es posible encontrar un buen trabajo y
tener una vida mejor», afirma.

UNICEF y sus aliados están poniendo en marcha clases de
recuperación
para ayudar a los niños que han abandonado la
escuela a continuar sus estudios. En las clases los niños recibirán
los alimentos necesarios para que puedan asistir.

Además, UNICEF está fortaleciendo la capacidad de los servicios
sociales para identificar a los niños vulnerablesy proporcionar apoyo a los niños víctimas de la
violencia
.

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